sábado, 29 de marzo de 2014

SHANHAIGUAN 山海关 - DONDE LA GRAN MURALLA TOCA EL MAR


Un fin de semana que se prevé con un tiempo magnífico es el elegido para visitar uno de los puntos más interesantes del norte de China: Shanghaiguan (山海关), donde la Gran Muralla se funde con el mar.

El plan es fácil. Unos días antes nos hicimos con billetes de tren cama nocturno desde Beijing a Qinghuandao (秦皇岛) (6 horas para 350 km), y desde aquí tomamos otro tren para ir a Shanhaiguan (15 km).

Foto: Gracias a http://manzaiergui.zoomblog.com
Este pequeño pueblo que tenía la función de paso fronterizo, está ubicado en una llanura de unos 30 km entre la costa y la barrera de cordilleras que se extienden hasta más allá de Mongolia. Este era un paso estratégico importante para cualquier ejercito que viniese por el norte. Pues bien, la Gran Muralla comienza desde la misma costa y se prolonga por las escarpadas cordilleras por casi 7000 km !!!!

Una vez llegado al destino, a partir de ahora hay que improvisarlo todo. Tenemos varias cosas que visitar, pero vamos por pasos:

1.- Nuestra primera opción era JiaoShan 角山, que es la primera cima importante de la Gran Muralla sobre una montaña, justo en donde se termina la explanada desde la costa. Esto era un magnífico puesto de vigilancia para avistar en la lejanía a posibles invasores.

Sin embargo, para nuestra desgracia, los taxistas que nos llevarían nos informaron de que estaba cerrado por incendio (o eso entendimos) y que se reabriría un par de meses más tarde. Así que nos quedamos sin visitar este tramo de la muralla que suponía un trekking con una subida mortal a pleno sol.


2.- La segunda opción si que está disponible, y sería visitar el puente de 九门口 (las 9 puertas). En todo el recorrido de la Gran Muralla, por donde pasaba un río, la muralla se paraba y continuaba por la otra orilla, pero 九门口 es el único punto donde la muralla se convierte en puente y no se interrumpe. Aparte del interés arquitectónico, la estampa que ofrece con la línea ininterrumpida es impresionante.

15 km al norte de Shanhaiguan, se encuentra este puente, que pasa sobre el río Jiujiang. La entrada al recinto cuesta unos 60 RMB (aunque hay descuento para estudiantes...si cuela). Este tramo de la muralla está totalmente restaurado excepto la parte donde se une con la cordillera occidental que es totalmente original pese a sus condiciones.



Puente-Muralla de las 9 puertas (九门口)
 
3.- El plato fuerte y el lugar más ansiado fue la visita a la cabeza del Dragón: Laolongtou 老龙头.


La cabeza del Dragón, se encuentra en un recinto (para el que por supuesto hay que pagar) que se amplió demasiado durante los Juegos Olímpicos, pensando que  aquello se colapsaría de turistas y finalmente se les quedó grande. Dentro hay jardines, lugares de descanso y por supuesto el extremo oriental de la Gran Muralla.


Este tramo estaba en ruinas hace unos 30 años, y aunque se reconstruyó totalmente, aún se pueden apreciar algunas partes originales. Aquí la muralla se mete literalmente en el mar. Es el punto más extremo de este gran dragón de piedra, considerado por los chinos de la época como el fin del mundo "civilizado".


Disfrutar de un día de sol en una playa del Pacífico, a comienzos de primavera, frente a un portento de la arquitectura humana, enmudece al más extrovertido y fascina al más autista.


A unos 300 m. del "kilómetro 0" hay construido un templo Taoísta sobre una plataforma que se adentra en el mar. Merece la pena entrar y presentar los respetos a las antiguas deidades y seres mitológicos protectores de los males humanos.

 
Un tiempo de sosiego bajo la bóveda de madera para meditar con la mirada perdida al mar encarando a la brisa. 


Por último y antes de abandonar el lugar sagrado, es de buen augurio hacer sonar la gran campana para que el viento expanda las ondas en forma de Chi positivo. 


3.- Nuestra tercera y última opción, está en la misma Shanghaiguan, donde está una de las pocas puertas de acceso de toda la Gran Muralla; es el llamado "Primer paso bajo el cielo", 天下第一关.


Aunque esta parte es prescindible de visitar, no está mal para rematar el día, pues en su fuerte complejo de murallas hay un pequeño museo de piezas originales Ming entre las que se encuentra una espada de entrenamiento ¡¡de 80 kg!!

Y como siempre, entre construcciones, templos y museos... el mayor interés está en la propia población y sus costumbres, que es más para vivir que para contar.



Información para los visitantes:

  • Como llegar: Desde Beijing: Tren hasta Qinhuangdao (秦皇岛), (i/v aprox. 220 RMB) y desde allí coger tren (16 RMB i/v) o taxi hasta Shanhaiguan (15 km). En la estación de trenes negociar con los taxistas depredadores. (Precio aproximado para Jiumenkou, Laolongtou y llevarnos a Shanghaiguan, con las esperas incluidas, 55 RMB por cabeza, unos 165 RMB por coche).
  • Precio: La entrada a Jiumenkou (九门口) son 60 RMB (y 30 RMB con carné estudiante). La entrada a Laolongtou son 30 RMB
Recomendación:
Puesto que todo son exteriores, es imprescindible ir con buen tiempo, pero tampoco con excesivo Sol porque te fundes subiendo por las murallas, por lo que Primavera y Otoño son las épocas ideales para ver estos lugares.
Nosotros viajamos un Viernes noche y echamos el Sábado, tuvimos la suerte o desgracia de que una de las opciones no pudimos verla, no obstante recomendamos echar el fin de semana, para disfrutar de todo mejor.



Anécdota de la Jornada: 
Tras finalizar todas las visitas, le pagué el precio acordado al taxista y aunque se quejó, fui amable con él, le di las gracias cortésmente y le pedí su número de teléfono para recomendarlo a quien sea. 
Seguidamente durante el almuerzo, me dí cuenta de que perdí mi móvil y estaba seguro de que el único lugar posible donde podría estar sería en el taxi.
Buscar a un taxista Chino en una ciudad de 140.000 habitantes no es difícil...si tuviera al menos un vehículo. Aquí es donde llega el verdadero reto: Hacer uso de su tarjeta comercial y entenderme en Chino por teléfono (si ya cara a cara cuesta...). Además comienzo a pensar cosas como, que estaría sin cobertura, que estaría a kilómetros de distancia, o que como el taxista no estaba conforme con el precio ya se lo cobraría por otro lado... la faena hubiera sido desmedida. 
Finalmente la conversación tuvo éxito y en 5 minutos el taxista estaba de vuelta en el restaurante que nos recomendó para entregarme el móvil personalmente. Ver para creer. 
Por supuesto, el detallazo no quedó sin compensación voluntaria.
Moraleja: Donde vayas, haz bien y se justo,  o enganchate una cadena al móvil!!

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