Al oeste de Beijing, donde termina la ciudad, esto es a 28 km, está el Parque de Xiāngshān (香山) o del "Monte aromático", que es uno de los principales parques de Beijing con sus 160 hectáreas de bosque y una altitud de 557 m. en su punto más alto.
Aunque es fantástico poder llegar a una zona montañosa y boscosa a tiro de piedra de Beijing, es muy decepcionante encontrarse con la mala costumbre de adoquinar absolutamente todos los caminos de tierra, como hacen con todos los parques en Beijing y en China en general.
Y no solo eso, este parque ha sido acondicionado con templos y miradores desde el año 1186, durante la dinastia Jin. Salvo algunos destrozos por algunas guerras, ha ido rehabilitándose, hasta incluso llegar a equiparse con un par de telesillas en los últimos años.
El mayor atractivo se da en otoño, cuando las hojas de arce se vuelven rojas convirtiendo el panorama del manto del bosque en todo un espectáculo. Que por cierto, llegué tarde en fecha y no lo pude ver, aunque de todas formas, no me apetece estar acompañado por los millares de turistas chinos que visitan el parque en esa época.En épocas con menos visitas, es el lugar idóneo para disfrutar de la tranquilidad y la armonía del entorno. Como todos los parques de este estilo, es frecuentado por ancianos y personas que van a pasear, meditar, realizar ejercicios de Taichí, cantar o practicar el arte de dibujar caracteres.
Por último, comentar que el día en que fuí, la niebla se extendía en la lejanía, lo suficiente para no poder ver nada más a allá de 7 u 8 kilómetros, por eso las fotos no son las mejores. Sin embargo el cielo estaba raso. Es ahí cuando me dí cuenta de veras de que la neblina era polución. Así que aconsejo que a este lugar se vaya en un día ventoso o recién llovido para obtener una buena perspectiva de Beijing.
bravo Rubén!!!
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